26 de junio de 2008

#Gibraltar: grandes negocios en pequeño espacio

Un alto funcionario de la embajada española en #Londres nos comentaba en una ocasión a un grupo de periodistas que el gran mérito de los ingleses era haber hecho un imperio mundial de un peñasco situado en el Mar del Norte y dotado de escasos recursos económicos.
Esa filosofía, aplicada a una escala menor, encaja como un guante en la actitud de los gibraltareños ante la vida. No en vano el Peñón, con unos 30.000 habitantes, es en la actualidad un pequeño imperio económico, incordio sempiterno para la Hacienda Pública española desde los tiempos del bandolerismo hasta la avanzada ingeniería contable empleada por quienes blanquean capitales.
Gibraltar está considerado en la actualidad por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) como una jurisdicción comprometida con la transparencia fiscal y el establecimiento de intercambio de información en asuntos monetarios.
Es un territorio con un sistema tributario que otorga determinados privilegios a las empresas registradas en él, con el fin de atraer grandes capitales e inversiones.
En el ordenamiento jurídico anglosajón, ese régimen fiscal es tan legal como pueda ser otro. Se justifica como una forma de ganar en competitividad y no implica, necesariamente, evasión o blanqueo de dinero, aunque luego la realidad no sea tan benevolente, igual que ocurre en España o Francia a pesar de que tienen sistemas fiscales menos flexibles.
La Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar promovió en junio un seminario sobre los servicios financieros y la legislación fiscal en #Gibraltar que se desarrolló en el Centro Financiero de la Roca, en Europort, y tuvo como ponentes al ministro principal de esta colonia, Peter Caruana; al director del Centro Financiero, James Tipping; al coordinador del Gibraltar Criminal Intelligence & Drug, Isaac Massias, y al decano de los abogados de Gibraltar, James Neish.
El interés de los intervinientes estuvo dirigido, sobre todo, a intentar dar una imagen distinta sobre el Peñón de la que existe en la mayor parte de la opinión pública española, que asocia a Gibraltar con un paraíso fiscal que acoge capitales internacionales de dudosa procedencia sin preguntar demasiado cómo se han generado.
Cierto es que el gobierno gibraltareño, según se producen avances en las conversaciones del Foro Tripartito (Gibraltar, Reino Unido y España), se esfuerza cada vez más por implementar normas fiscales que aporten mayor transparencia al ingreso de grandes capitales en los bancos del Peñón y a la creación de sociedades mercantiles, que han sido consideradas opacas con relativa frecuencia por la Hacienda española. Tampoco le queda más remedio al gobierno gibraltareño que situar su fiscalidad en un contexto menos agresivo tras el compromiso del Reino Unido ante la Unión Europea de eliminar el sistema exento de Gibraltar en 2010.

Vista parcial de Gibraltar, Europort y las grandes industrias

Gibraltar se ha erigido en centro de operaciones de grandes compañías de juego por Internet, e incluso ha regulado el sector con una nueva legislación, pues la anterior se refería al juego en los casinos y obviamente estaba obsoleta: databa de 1958.
Tal ha sido el impacto que Gibraltar produjo en las casas de apuestas on line que Estados Unidos aprobó medidas proteccionistas para evitar la fuga de esas compañías tan rentables, ya que el mercado principal -el 80 por ciento- procedía del propio país norteamericano.
Varias de esas casas de ciberpuestas ( 888 y bwin, entre ellas) cotizan en la bolsa de Londres. No necesitan mucho espacio para desarrollar su actividad, así que Gibraltar les viene bien por su sistema fiscal flexible y su mentalidad anglosajona para los negocios.
Esta colonia británica también se ha especializado en ofrecer otro tipo de productos, además de los artículos de consumo libres de impuestos que se pueden encontrar en sus comercios, combustibles incluidos.
La adecuación de la actividad comercial a su espacio físico geográfico toma como referencia negocios como son los seguros y el comercio electrónico, que proporcionan pingües beneficios en comparación con la inversión que necesitan.
Para 2008, el Índice de Libertad Económica que elaboran desde hace catorce años The Heritage Foundation y The Wall Street Journal situó al Reino Unido en el décimo puesto, mientras que España aparecía en el 31, cayendo cuatro posiciones con relación al año anterior.
Esta clasificación la lidera Hong Kong, con Singapur en segunda posición. Les siguen Irlanda, Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Canadá. Chile es el primer país de habla española en este ranking, ocupando el octavo puesto, inmediatamente antes que Suiza.
Otros países latinoamericanos en puestos no muy alejados son El Salvador, en el 33; Uruguay, en el 40; México, en el 44; Costa Rica, en el 49, Panamá, en el 50, y Perú, en el 55. En contra de lo que podría imaginarse, Francia está en el lugar 48 e Italia en el 64. Todos estos países, España incluida, están en la franja de moderada libertad económica. Es significativa la presencia de países de la Conmmonwealth en las diez primeras posiciones.
Gibraltar se beneficia de las ventajas de pertenecer a la Mancomunidad Británica. Los 1.000 millones de euros en que se valora su economía repercuten de forma más directa en el nivel de vida de sus habitantes que en la comarca española del Campo de Gibraltar los 9.980 millones de euros que presentó en su último balance económico la Asociación de Grandes Industrias como ingresos de explotación.