27 de abril de 2008

#Ollantaytambo

Fue una importante ciudad fortificada. Al pie de su espectacular baluarte, al que se sube por unas interminables escaleras de piedra, se mantiene un núcleo urbano que pervive desde el tiempo de los incas y que hoy obtiene sus principales ingresos del turismo y de la venta de artesanía.
El pueblo tiene una estación de tren de la línea entre Cuzco y Aguas Calientes (Machu Picchu). Desde aquí parten también autobuses, minibuses y taxis a Machu Picchu, la capital cuzqueña o a diversos lugares del Valle Sagrado.

Ollantaytambo ha mantenido la configuración urbana de antaño, con acequias de agua limpia corriendo por sus calles empedradas.
En esta ciudad se alojaban familias de la nobleza de Cuzco. Era el lugar desde el que se administraba el granero de los incas, el valle del río Urubamba, que es tanto como decir la economía del imperio incaico.
Conserva numerosos vestigios de su importante pasado: templos, casonas, cárcel, fortificaciones y una tupida red de canales para el abastecimiento de la población.
Hay numerosos puestos de artesanía en la plaza situada junto a la entrada del conjunto arqueológico.
En la fotografía superior aparece una vista parcial del castillo.